Hay ocasiones en las que siento que las palabras suenan huecas, y me pregunto si será tal vez porque , de acuerdo a San Pablo, se nos olvida cargarlas de Amor. Sin Amor, las palabras son vacías, son vanas, son campanas que resuenan pero que no llegan a oídos de nadie.
En un mundo globalizado las ideas ya no quedan encerradas tras las paredes de una casa, ya que todo lo que exponemos en la red, está al alcance de cualquiera que ronde por nuestra puerta.
Más de que srive, que con elevada elocuencia se puedan vertir pensamientos que no le dejan algo positivo a quien los lee? Cual es el compromiso social que se asume al dejar expuestos a los cuatro vientos, la forma de pensar y sentir de aquel que escribe un documento, un poema, una reflexión?
Todo nuestro actuar repercute irremediablemente en aquellos cuyas vidas rozamos. Es aquí en donde se presenta el reto de hablar con la verdad e integridad sobre las ideas que fluyen desde lo profundo de la mente y del corazón, y velar a la vez por el impacto que, aquello que estamos construyendo, pueda tener en quienes incurren en la lectura de esos comunicados.
En la medida en que el Amor sea la fuente de donde emanan o el crisol que de forma a las palabras que serán vertidas , podemos tener la certeza de que, independientemente del contenido del mensaje, éste siempre llevará en sí la posibilidad de crecimiento de aquellos que lo reciban.
Y ud. que opina?
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