"Es cuestión de conciencia", escuchamos decir con relativa frecuencia cuando se trata de asuntos en los que se involucran los valores que definen a una persona. Pero la conciencia dejó de ser desde hace tiempo, para muchos de los habitantes de este planeta, la voz interior que norma el actuar del ser humano ante los diversos actos de su vida.
En este terreno, como en muchos otros, nos encontramos con un hecho contundente: la opción por lo fácil, sin compromisos, sin ataduras, sin consecuencias. Vivimos en una sociedad Light.
Tal vez en épocas anteriores, con la dificultad de comunicar de manera ágil los sucesos acaecidos en diversas partes del mundo, las modas y las costumbres tardaban más tiempo en desarraigarse de los pueblos. Las figuras de autoridad, ( padres, madres, abuelos , el consejo de ancianos, etc.) tenían influencia y control sobre la vida de chicos y grandes. Con ello se daban las bases para que, de una forma u otra, se establecieran y desarrollaran principios de vida inculcados a las jóvenes generaciones prácticamente desde la cuna.
Si bien es cierto que las exageraciones en el control merman la posibilidad de elección y de expresión de los integrantes de las familias, de la comunidad, también lo es el hecho de que el "dejar hacer", sin establecimiento de lìmites, conlleva a la falta de sensibilidad de los derechos y necesidades de los otros. De alguna forma la introyección de los valores queda perturbado con ambos tipos de interacción.
Si a esto agregamos la falta de congruencia entre lo que el modelo adulto dice y hace, niños y adolescentes tendrán dos opciones: descartar de su vida todo aquello que suene a falsedad, a doblez, o bien imitar con creces la actitud de quienes fueron excelentes para manejar una doble cara, para manipular.
Sin hablar sobre tipos de conciencia y sus implicaciones morales, es importante señalar un hecho innegable: los controles internos se han ido debilitando cada vez más en el ser humano. La sociedad actual en general está dejando un mensaje claro a las nuevas generaciones: la mentira, la corrupción, la violación de los derechos de los demás mediante argucias y estratagemas de toda índole (incluyendo el asesinato) son las armas con las que el ciudadano del futuro debe prepararse para vivir en la jungla de concreto, en donde el derecho del más fuerte prevalece. Hechos como estos se repiten en todo nivel alrededor del planeta: lo mismo dá si hablamos de Irak y de intereses petroleros, de israelitas y palestinos, de desacatos y desafueros, de cuerpos de mujeres tirados cual basura en el desierto, mientras cada ser humano espera que otro sea quien tome cartas en el asunto para encontrar una solución a cada conflicto.
Desgraciadamente, una sociedad que todo permite, que todo facilita, en la que no existe una conciencia que oriente los pasos del actuar humano, termina, tal y como nos lo muestra la historia, en un declive que lleva a su extinción.
Sociedad light, conciencia light, ciudadanos light.... será este el futuro de la humanidad?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario