Por quinientos pesos

G.I.

El dìa de hoy tuvimos que asistir a una clìnica particular aquì en la cd. de Chihuahua con el fin de que Sil se practicara unos estudios.
Mientras estaba esperando que èl saliera , llegò a la recepciòn una pareja con pasos inseguros y mirada llena de angustia, acompañados por el médico especialista que atiende al señor. Dispuestos a que se le realizara el estudio para el cual asistía y que de alguna forma implicaba urgencia ya que se trataba de una biopsia, le indican a la secretaria que los empezaba a atender que no traen el dinero completo del presupuesto que les hicieron, pues de los $4500 tan solo habían logrado reunir $4000. Y mientras otras personas eran pasadas para que se les practicaran los estudios para los cuales estaban ahí, la sencilla pareja de esposos, con edades tal vez bordeando los sesenta, esperaba una respuesta que no tardò en llegar tras la pregunta que realizó el interesado viendo que otros entraban y salían y a él solo lo miraban: "tome asiento, se está revisando su caso" simple y llanamente fue lo que se le informò.
Lenta y tristemente la pareja regresó a sentarse, buscando entre ambos una explicaciòn que no estè dada por lo monetario, haciendo conjeturas, uniendo miradas y manos en la angustiante espera sin que ni un mèdico o una enfermera les diera alguna esperanza.
Quinientos pesos hicieron la diferencia entre pasarlo y realizar el estudio y dejarlo con las mil preguntas que tal vez corrían por su mente. Quinientos pesos que pudieron entregarse después o que de las múltiples ganancias que recibe dicha clínica podían haber sido deducidos. Quinientos pesos entre la salud y la enfermedad, entre el conocimiento de un plan médico a seguir para atajar a un probable asesino que medra escondido en lo profundo del organismo y entre la desesperación de quienes unidos en su amor anhelan que todo sea una falsa alarma.
En el mar de las angustias de quienes navegan con una enfermedad, ya sea propia o de un ser querido, pronto ellos quedaron sumergidos en su propia barca. En ese momento yo partí a traer a Sil que ya habìa salido de la sala de rayos X y ellos quedaron a la deriva. Con la premura del traslado rápido al auto para que pronto pudiera recostarse, la pareja quedó en el olvido hasta que llegamos a casa y volví a pensar en ellos, en la forma en que pude haber ayudado pero mi problemática personal lo impidiò.
Que habrá pasado? Tal vez nunca lo sepa ya que de una forma u otra, pacientes y familiares deambulamos por los hospitales cargando nuestra propia ansiedad y salvo que tengamos que compartir dìas de infortunio, nunca logramos saber algo más de aquellos que nos topamos en pasillos y salas de espera.
Desgraciadamente esa es la historia que diariamente se repite en clínicas y hospitales. Si tienes dinero o seguro médico, recibirás la atención que buscas. En caso contrario habrá que recurrir al servicio mèdico en el que esté registrado el trabajador, el cual muchas veces por la gran demanda de servicios que realiza la poblaciòn, no logra brindar una atención de mejor calidad, haciendo con ello que los derechohabientes busquen otras opciones, aún y cuando no las puedan costear.
Un detalle más en la cadena de eventos que día a día tienen que ser solucionados con el dinero en una sociedad metalizada y deshumanizada.