Que la fuerza esté contigo

Hoy fué el estreno esperado de la película que cierra la saga de Star Wars. La ciudad se vió movilizada por una invitación del ICM para asistir, como en muchas ciudades del orbe, a la proyección de las producciones anteriores como preámbulo al estreno en los primeros segundos de este día 19 de de la anhelada III parte, que dará sentido total a la historia que durante tantos años se fue gestando.

No es la intención de este post el opinar sobre la calidad cinematográfica que las filmaciones hayan podido tener, lo enfatizo, ni sobre el gusto particular de cada quien por el cine, las diversas producciones de G. Lucas, los efectos especiales, las actuaciones, la trama, lo interesante o aburridas que puedan ser cada una de ellas, etc. Mi intenciòn es enfatizar un hecho sociocultural que se ha generado a raíz de las primeras entregas.

Seamos o no fans de la odisea de Star Wars, es innegable que para muchas personas, de diversas edades en todo el mundo, la historia ha proporcionado un cúmulo de emociones, juegos y sueños que se han entretejido con la propia historia de desarrollo personal. Niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos esperan hoy lo que será el momento crucial, el final definitivo.

Tal vez las espadas láser, las capas y los muñecos quedaron como artículos de colección, pero para aquellos que siguen creyendo con firmeza que la fuerza del cambio está dentro del espíritu de cada persona y que comparten sus sueños de transformar lo que no anda tan bien en esta sociedad, la frase “Que la fuerza esté contigo” sea más que un slogan cinematográfico.
Todo hombre y toda mujer que es capaz de dejar que su ser se transforme mediante el juego y la imaginación, tiene en sí el potencial de cambiar, de crear, de creer, de estar con la mente y el corazón abiertos para erradicar el mal mediante una búsqueda constante de un mejor mañana.