abril 28, 2005

"Los malos entendidos que me hacen feliz"

Los malos entendidos que me hacen feliz es poco probable que agraden a los demás. No es que sea una persona pervertida, claro que no. Creo que soy tan normal como cualquiera y la vida me ha enseñado que aquello que es debilidad para los otros, yo debo de convertirlo en fortaleza. Tal vez no sea una posición muy ortodoxa, pero en el fondo de toda situación, los seres humanos buscamos siempre aquello que nos permitirá salir con alguna ganancia.
Desde muy pequeño descubrí que había una forma de salirme siempre con la mía sin quedar mal parado. En una familia grande, en donde lo que más abundaba eran los niños, nunca faltaba la oportunidad de ensayar las habilidades que me permitirían llegar a donde estoy. Si en medio de los inocentes juegos infantiles alguien salía lastimado por causa mía, la confusión del momento hacía recaer las miradas en el pobre de Agustín, mi hermano gemelo quien, para desgracia suya, se había ganado la nada admirable fama de ser el “azote” de la casa. Mamá y papá estaban cada vez más desesperados ya que por más que hacían el pobre niño no cambiaba su forma de actuar. Y mientras él sufría los castigos yo era puesto como el niño modelo, cuya conducta todos debían imitar. Sobra decir que no había nadie que no fuera víctima de esos malentendidos de los que yo salía triunfante, y con el paso del tiempo mis hazañas fueron abarcando todas aquellas esferas en las que mi hermano y yo nos desenvolvíamos.
La escuela fue un campo fértil para probar hasta que punto la gente podía ser influenciada por la historia que nos precedía y no faltaron las ocasiones en las que, gracias a esos malos entendidos, Agustín tuvo que quedarse cumpliendo tareas extraescolares que a mi me permitieron acrecentar la imagen del niño perfecto. Aún a la fecha no entiendo como pudo sobrellevar el la culpa de todo lo que yo hacía. Y de esta forma fuimos creciendo, desarrollando una extraña simbiosis en donde uno actuaba impunemente y el otro aceptaba las consecuencias de ese actuar sin decir palabra.
Con el paso de los años se fue haciendo cada vez más difícil culpar a mi hermano de las fechorías que me gustaba realizar, pero esto no fue un obstáculo para que aquellos que se cruzaban en mi camino fueran víctimas de los malos entendidos que me hacen feliz, ya que siempre aparecía un incauto que se llevara el reconocimiento de ser el autor intelectual y ejecutor del desaguisado.
Hoy en día mi profesión me ha permitido seguir creciendo como maestro del engaño y de la manipulación y con ello escalar diversos peldaños en el ejercicio de la misma. Como buen político he aprendido a sortear aguas difíciles buscando la forma de salir siempre bien librado, aprovechando los malos entendidos que nunca faltan, para dirigir las miradas en busca de cabezas que cortar hacia militantes de otros partidos. Y si esto facilita mi ascenso en la cadena del poder y consolida la imagen redentora tanto mía como de mi partido , no cabe la menor duda que aquellos que queden en el camino habrán servido a una buena causa.
Solo lamento que en este proceso hayan sucumbido algunos buenos amigos que habían detectado desde hacía tiempo, las pequeñas irregularidades de mi comportamiento. Fue mala estrella para ellos, ya que no era posible que todo aquello que me costó tantos años edificar, fuera destruido por la integridad de un pobre gato que estaba dispuesto a revelar mil y un detalles de mi historia a la prensa. De nada sirvieron los argumentos en torno a los beneficios que ambos podíamos obtener, sobre todo porque un lazo nos unía: éramos compadres. Tuve que tomar una drástica decisión que me llevaría a cortar de raíz todo posible mal entendido que recayera sobre mi persona. No fue fácil hacerlo, pero era el único camino que podía tomar para no salir lastimado. Mi propio ahijado con sus erráticas conductas, me dio la pauta a seguir después de que, un día en confidencia, me contó las sospechas que desde tiempo atrás habían empezado a hacerlo dudar del actuar de su familia.
Hoy que todo ha terminado, no olvidaré que gracias a él puedo seguir adelante. Y aunque sus padres ya no estén aquí para velar por su futuro, yo no lo abandonaré, ya que como bien lo dije a la prensa esta mañana, la juventud desorientada por la falta de modelos firmes y honestos que les permitan ver con claridad el camino a seguir, cae fácilmente en las garras de la droga que llega a segar vidas inocentes, como fue el tristemente célebre caso del asesinato perpetrado por mi ahijado en las personas de sus padres y hermana.
El quedará recluido de por vida en estas magníficas instalaciones del hospital neuropsiquiátrico que desinteresadamente fue donado por mi partido, nada le faltará, se los aseguro, ya que con sus fatídicas alucinaciones hizo posible que las sospechas no recayeran sobre mí.
Indiscutiblemente, los malos entendidos que me hacen feliz es poco probable que agraden a los demas, pero que puedo hacer? Así es la vida!!



Nota.-
Espero haber cumplido con el encargo que Raist me dejó al pedirme que redactara un post que iniciara con la leyenda "los malos entendidos que me hacen feliz", así es que continuando con la saga que estamos construyendo paso la estafeta a Jibril para que publique en su blog una historia que inicie con la frase : "Bien me lo decía mi abuelo ..." Ojalá acepte para que el lazo no se rompa.

abril 20, 2005

Detrás de la máscara


Y Posted by Hello

La máscara en los inicios del teatro griego era aquel elemento que transformaba al actor en personaje, desapareciendo con ella los rasgos del primero para que se dejaran ver sólo los del segundo. La máscara daba pues las características del personaje, haciendo olvidar las individualidades del actor.
Fuera del escenario empleamos en nuestras vidas un gran número de caretas para enfrentarnos a los eventos rutinarios o excepcionales que trazan nuestra historia. Pero en el justo momento en que la persona se encuentra frente a sí misma, desprovista de los roles que juega en el agitado mundo de las relaciones humanas, tiene la oportunidad de descubrir cuales de esas caretas con las que navega son fiel reflejo de ella y cuales son el parapeto tras el que se escuda para hacer frente a las responsabilidades de los compromisos adquiridos, tanto en el terreno laboral como en el político, social y emocional.
En el vasto mundo de los intercambios que realizamos día a día, es difícil saber a ciencia cierta que se esconde detrás de la máscara que lleva aquel o aquella con quien interactuamos. La verdad, la honestidad, la integridad se han eclipsado tras la facilidad del engaño. El ser humano se ha vuelto un excelente actor en el universo de la comedia diaria y en ocasiones aún aquellos a quienes consideramos amigos no se manifiestan con la apertura necesaria para que se establezca un lazo de confianza mutua.
Es un hecho innegable que la máscara protege brindando al portador el escudo que lo defiende de las agresiones a las que puede verse expuesto. La máscara se convierte entonces en el signo externo de los mecanismos de defensa que empleamos para salvaguardar el yo. Bajo estas premisas se entiende que es mucho más fácil vivir bajo una mentira que enarbolar la bandera de la autenticidad. Estamos tan acostumbrados a esta situación que la hemos convertido en el pan de todos los días y pocas veces cuestionamos si lo que brindamos a los otros y lo que estos nos ofrecen es realmente sincero. No se trata de caer en el escepticismo dudando de todo lo que nos rodee como una solución alternativa, tal vez lo que se requiere simplemente es crear lazos en donde se permita la expresión sin temor para que la persona florezca sin la necesidad de cubrirse bajo una careta.

abril 13, 2005

Conciencia light, sociedad light


"Es cuestión de conciencia", escuchamos decir con relativa frecuencia cuando se trata de asuntos en los que se involucran los valores que definen a una persona. Pero la conciencia dejó de ser desde hace tiempo, para muchos de los habitantes de este planeta, la voz interior que norma el actuar del ser humano ante los diversos actos de su vida.
En este terreno, como en muchos otros, nos encontramos con un hecho contundente: la opción por lo fácil, sin compromisos, sin ataduras, sin consecuencias. Vivimos en una sociedad Light.
Tal vez en épocas anteriores, con la dificultad de comunicar de manera ágil los sucesos acaecidos en diversas partes del mundo, las modas y las costumbres tardaban más tiempo en desarraigarse de los pueblos. Las figuras de autoridad, ( padres, madres, abuelos , el consejo de ancianos, etc.) tenían influencia y control sobre la vida de chicos y grandes. Con ello se daban las bases para que, de una forma u otra, se establecieran y desarrollaran principios de vida inculcados a las jóvenes generaciones prácticamente desde la cuna.
Si bien es cierto que las exageraciones en el control merman la posibilidad de elección y de expresión de los integrantes de las familias, de la comunidad, también lo es el hecho de que el "dejar hacer", sin establecimiento de lìmites, conlleva a la falta de sensibilidad de los derechos y necesidades de los otros. De alguna forma la introyección de los valores queda perturbado con ambos tipos de interacción.
Si a esto agregamos la falta de congruencia entre lo que el modelo adulto dice y hace, niños y adolescentes tendrán dos opciones: descartar de su vida todo aquello que suene a falsedad, a doblez, o bien imitar con creces la actitud de quienes fueron excelentes para manejar una doble cara, para manipular.
Sin hablar sobre tipos de conciencia y sus implicaciones morales, es importante señalar un hecho innegable: los controles internos se han ido debilitando cada vez más en el ser humano. La sociedad actual en general está dejando un mensaje claro a las nuevas generaciones: la mentira, la corrupción, la violación de los derechos de los demás mediante argucias y estratagemas de toda índole (incluyendo el asesinato) son las armas con las que el ciudadano del futuro debe prepararse para vivir en la jungla de concreto, en donde el derecho del más fuerte prevalece. Hechos como estos se repiten en todo nivel alrededor del planeta: lo mismo dá si hablamos de Irak y de intereses petroleros, de israelitas y palestinos, de desacatos y desafueros, de cuerpos de mujeres tirados cual basura en el desierto, mientras cada ser humano espera que otro sea quien tome cartas en el asunto para encontrar una solución a cada conflicto.
Desgraciadamente, una sociedad que todo permite, que todo facilita, en la que no existe una conciencia que oriente los pasos del actuar humano, termina, tal y como nos lo muestra la historia, en un declive que lleva a su extinción.
Sociedad light, conciencia light, ciudadanos light.... será este el futuro de la humanidad?

abril 10, 2005

TRANSFORMACIÓN


Resurgimiento Posted by Hello

Hace algunos días leía en el blog de mi amigo Gabriel un comentario sobre una expresión que le desagrada: “Nunca cambies” Esto me llevó a reflexionar en el sentido de dicha frase, que en más de una ocasión he empleado. Los seres humanos, en el terreno emocional, estamos siempre en busca de aquello que nos permita sostenernos en delicado equilibrio entre la seguridad de lo conocido y el atractivo de lo novedoso. Se acepta el cambio que se traduce en impacto amable, en benéfico movimiento de ganancias inconscientes. Más dentro de este cúmulo de emociones agitadas por ese mar desconocido, el intrépido aventurero busca en el fondo de toda propuesta, anclarse en lo trascendente, lo imperturbable, que compense el tórrido romance con la experiencia transformadora. La evolución implica movimiento y todo aquello que no responde a esta realidad termina por desaparecer. Con la seguridad de lo conocido buscamos en aquellos que nos rodean que de alguna forma queden inamovibles las cualidades que los hacen únicos y que nos benefician en el intercambio personal.
Tomando como marco las palabras del filósofo griego Heráclito: "Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.", podemos decir que el ser humano, junto con la creación entera, está en un proceso de renovación constante, de evolución dinámica y transformadora. En cada momento de la vida se produce en el interior de la persona un cambio, tanto a nivel físico como emocional, el cual la lleva a ser distinta de la que era sin dejar de ser ella misma, sin perder su esencia.
Es cierto que no todo cambio es positivo, sin embargo sin él la vida se estanca. Tal vez haya que pasar por una metamorfosis dolorosa pidiéndole al Creador que al final del proceso logre emerger del capullo la crisálida transformada en mariposa. Desearle a alguien que no cambie es conspirar contra la naturaleza, es evitar que resurja día a día con nuevas perspectivas que le permitan construir un mejor yo en beneficio de un tú con el que se fortalecerá el nosotros.
Dice Oscar Wilde que "nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar. " El temor al cambio esclaviza.
Es cierto, todo cambia, mas sin embargo de una u otra forma, permanece.

abril 04, 2005

Creel


Creel Posted by Hello


De regreso
Para una servidora la oportunidad de contar con unos breves días de paseo se presentó hasta el fin de la semana pasada. Después de revisar los pendientes que nunca faltan, todo estuvo listo para la salida. Fueron tan solo tres días de recorrido por Creel y sus alrededores, sin embargo la sensación de plenitud que deja el contacto con la naturaleza, permite que nuevamente retomemos el diario caminar con los bríos necesarios para seguir construyendo la historia personal.
Nada extraordinario, nada fuera de lo común y sin embargo todo tan excepcionalmente bello: pinos que retan a la imaginación creciendo entre piedras en las
laderas de rocosas montañas; un lago que, si antes era un remanso de paz para todo aquel deseoso de comulgar con el entorno, ahora, después de recuperar y superar el nivel de agua almacenada, lo es mucho más; cascadas y barrancas combinadas en majestuosa armonía.
Recorrer los diversos senderos lleva consigo la oportunidad de convivir con sus habitantes, señores ancestrales de la sierra, habituados a convertir los
lugares más insospechados, en hogares que propicien refugio ante las adversidades del tiempo. Con recelo y desviando la mirada, los adultos ofrecen el producto artesanal que a la vera del camino fabrican; en contraste, con actitud abierta y franca los pequeños se acercan ofreciendo mercancía a la venta que permita ayudar al sustento familiar. Otros, a lo lejos, cuidan rebaños de cabras alternando en su inocente caminar de pastores, risas y juegos con los que nutren sus sueños de grandes guerreros. Algunos más, a lo largo del camino, observan el tránsito del viajero que invade sus dominios sin afán de conquista, con cámaras al hombro que permitan perpetuar en una imagen la magia del encuentro. Intercambio de sonrisas y miradas, de generaciones y culturas, de pensamientos vertidos en unas cuantas palabras , cierran la experiencia de esos días.
Sin embargo para chicos y grandes en el aire queda la esperanza del momento en que la siguiente oleada de turistas propicie la cristalización del sueño que cada parte anhela.