febrero 28, 2005

Responsabilidad Ecológica


En las afueras de Guerrero Posted by Hello


Salir de paseo al campo es una de mis actividades favoritas. Y que decir si este paseo puede ser a algún lugar cercano a la Sierra. En fin, yo creo que a muchos de nosotros ( o por lo menos a algunos cuantos) nos agrada sentir la frescura de la brisa, mezclarnos entre los árboles y escuchar cantar a las aves que por ahi andan, ver lo limpio del cielo....... y punto, porque en ese momento se acabó la dicha... ya que es lo único libre de basura que podemos observar.
Para todos aquellos que comparten este gusto por sentirse parte de la naturaleza, dá coraje ver como somos sucios los mexicanos. No podemos estar en un lugar bello porque inmediatamente buscamos como echarlo a perder. Y aún aquellos parajes que parecen más solitarios, guardan celosamente escondidos varios recuerdos de los turistas que por ahi pasaron y quisieron dejar su huella: un envase de refresco o cerveza por ahi.... un pañal (si vien nos va) medio enrollado por alla.
Lugares en los que te cobran un derecho por ingresar ( y no me refiero a balnearios ni cervecerias campestres) ofrecen un espectáculo tristemente deplorable. Basura y mas basura tirada por todas partes. Y ni un receptáculo para que se puedan dejar en él los restos de lo que uno usó o consumió. Claro que ésta solo es una precaución, o un servicio necesario, como lo queramos llamar, ya que si tuviéramos un mínimo de conciencia ecológica, aquella basura que generamos en los lugares de paseo, así como llevamos en bolsas lo que necesitamos para nuestro bienestar en ese día o en esas horas, pues perfectamente podemos reunir en ellas lo que desechamos y traerlas de regreso con nosotros para depositarlas en el lugar adecuado.
Aun cuando ciertos desechos son biodegradables, no es una justificación para dejarlos tirados en donde se nos hace más facíl. La contaminación no solo está en el aire que respiramos, está en lo que se tira en el agua, en la tierra, en el ruido que generamos y en todo aquello que altera visualmente el entorno.
Es una tristeza el recorrer distintos lugares en nuestro estado y ver que aparentemente a casi nadie le interesa conservar el ambiente. En muchas ocasiones me he preguntado que se puede hacer. Los esfuerzos educativos dirigidos a niños y adolescentes son un gran paso, desgraciadamente las familias no comprendemos que para que esa labor formativa deje una huella real, está en nuestras manos el consolidar lo que se aprende en la escuela. Si los niños ven que su padres tiran basura en cualquier lado, terminarán haciendo lo mismo a la larga. Recordemos que la palabra educa, pero el ejemplo arrastra.
Ojalá todos colaboremos en este esfuerzo, poniendo por lo menos nuestro granito de arena dejando la basura en su lugar, y recordándole, a quienes tengamos la confianza de hacerlo, que no dejen tirados los restos de aquello que están usando en sus paseos.
Un bello y ecológico día.

febrero 09, 2005

Siempre hay una luz en la obscuridad




Todo ser humano se cuestiona infinidad de veces en el transcurso de su vida sobre el sentido de la propia existencia. En mi función de co-constructora del camino de quienes han sufrido algún descalabro emocional, he tenido presente siempre el papel que Dios representa en la vida del hombre, y sin distinción del credo religioso que profese quien acude a solicitar mis servicios, he tratado de dejar en aquel o aquella, una huella del Amor de Dios que nos ha llamado a participar en la Creación.
Pensar en la trascendencia de la vida, en el por qué de nuestro recorrer, es una interrogante que tarde o temprano todo ser humano se realiza. Y si bien es cierto que hay muchísimas razones que pueden hacer que valga la pena vivir, siempre queda en lo más recóndito del corazón humano la inquietud de saber la causa que explique por qué estamos en este planeta, hacia donde podemos dirigir los pasos cuando no se ve clara la senda a seguir.
Cuando se realiza el encuentro del ser humano con el Motor de todo lo Creado, estos cuestionamientos reciben, a la luz de la Fe, un nuevo valor. Es aquí en donde todo empieza a tener un sentido diferente, en donde se obtiene la energía que transforma, que dá la fuerza y el entusiasmo para poder vivir día a día asimilando los altibajos que la vida trae consigo. Las penas, las tristezas y las desavenencias se ubican bajo una nueva perspectiva y las pequeñas o grandes dichas que obtenemos en cada detalle que rodea nuestro existir, se transforman y resurgen cargadas de una paz y un regocijo renovados.
Cada ser humano requiere de un momento de reflexión, de un alto en su camino que le permita retomar las fuerzas que a veces parecen haber desaparecido. Es un trabajo de búsqueda personal constante, de entrega confiada y de certeza absoluta de que al final del tunel, siempre se encuentra la luz. Es por ello que si se le abren las puertas del espíritu al Amor de Dios, el cambio siempre está asegurado.

febrero 08, 2005

Responsabilidad y compromiso

Una reflexión ante algunos hechos. Se habla y se escribe constantemente sobre la pérdida de valores que nuestra sociedad está padeciendo. Y se le echa la culpa a los medios, a los entretenimientos, a las compañías, a las diversas influencias que el medio ambiente proporciona a niños y jóvenes, mirando la paja en el ojo ajeno sin ver la viga que cargamos nosotros mismos.
Cómo es posible que se recrimine a quienes se encuentran detrás nuestro, de mostrar actitudes poco tolerantes o de negligencia, cuando quienes tenemos otra edad, otro rol, somos un ejemplo viviente de lo que criticamos.
No comprendo como algunas de las personas en quienes depositamos nuestra confianza para la educación de nuestros hijos, son los primeros en manifestar estos signos a los que hago referencia: indolencia, falta de compromiso ante la propia formación profesional, así como una lista exagerada de exigencias personales ante quienes les prestan algún servicio.
Se nos olvida constantemente que se predica con el ejemplo, que no necesitamos hablar para que los más pequeños aprendan de nuestros actos. Solo un 10% de la comunicación que manejamos, es de tipo verbal; el restante 90% lo dicen nuestras actitudes, nuestros gestos, nuestra expresión corporal. Y si tanto la palabra, como lo que hacemos, están orientados hacia la exclusiva satisfacción personal, pasando por sobre el compromiso que tenemos hacia los demás,( llámese familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. ) el panorama que les espera a las jóvenes generaciones, no será muy alentador.
Compromiso y responsabilidad van de la mano. Mientras no tomemos conciencia de el impacto que todo lo que hacemos y decimos tienen en quienes nos rodean, no seremos capaces de avanzar en la reconstrucción de la sociedad que anhelamos.