Añoranza

Hoy casi llovió....

Después de mas de un mes desde la última lluvia, que por cierto fue la primera en meses, hoy por poco llueve en la ciudad. Ha habido lluvias aisladas en otros lugares del estado, pero aqui en la capital estamos sufriendo una fuerte ola de calor que no mengua porque no tenemos lluvia.

Se supone que en nuestra ciudad el clima es extremoso: mucho calor, mucha sequía, lluvia abundante, bastante frio, etc. No nos andamos con medias tazas: o todo, o nada. Solo que la temporada de calor se alarga y no vemos un cambio en el panorama.

Cuanto durará la espera de la bendita lluvia que calme a la tierra seca? No lo sabemos pues como es costumbre en el pronóstico del clima, nadie acierta.

Añoro las tardes que dejan ver en el horizonte la llegada de nubes grisaceas y negruzcas que visten el panorama de una promesa de lluvia fecunda. El aroma sin igual de la tierra mojada que se esparce por el ambiente llenando los pulmones de vida y renovando el espiritu que se deleita en los recuerdos de la infancia.
La fresca brisa que logra transformar el calor del desierto dejando que los grados bajen de manera impresionante.

El sonido del agua al correr, deslizándose suavemente o con fuerza por los tejados, las hojas de los árboles y las calles, invitando a buscar ahora si la calidez del hogar.

Y tras el aguacero la ciudad renovada emergiendo con la risa de los niños que corren gustosos hacia los arroyuelos que ha dejado la lluvia tras de si para vivir momentos en donde el papel se transforma en barco que navega hacia recónditos lugares.

Añoro todo esto porque sin agua no es posible pensar en vida... la añoro porque mi tierra y su gente la necesita.

Hoy casi llovió... ojalá mañana si llueva.

Desde aquí entre aromas de canela y manzana, hasta diciembre