mayo 02, 2005

Eco, un mundo de sonido sin sentido


Y Posted by Hello

Eco, un interesante fenómeno natural más no muy fácil de encontrar. De pequeña me fascinaba escuchar el eco de mis pasos recorriendo la casa de mis abuelos, en donde los lustrosos pisos de madera proporcionaban además el encanto del aroma unido a una visión de exquisitos cuidados.
Y que decir de esos momentos en los que al estar de paseo por el campo lograba descubrir que mi voz tenía resonancia a través de los valles, entre las montañas, y que las palabras que lanzaba al viento eran regresadas en amplia edición como si mil pequeñas estuvieran conspirando escondidas entre los árboles de lo alto para imitar cuanto yo dijera. Indiscutiblemente el eco como fenómeno físico siempre me ha fascinado.
Tiempo después tras el estudio de mi carrera, descubrí que la repetición de lo que el mismo niño emite cuando está aprendiendo a hablar, es parte fundamental de su proceso de desarrollo lingüístico y comunicativo. Algunos chicos y chicas que presentan cierto tipo de problemas ligados al lenguaje se quedan atorados en la repetición incansable de lo que otros les expresan, logrando muy difícilmente establecer un diálogo.
En toda comunicación es preciso que se produzca un entendimiento entre lo que el emisor trata de manifestar a su receptor y viceversa. Si algo falla en este proceso, que involucra obviamente otros elementos ( procesamiento de la información, integración del mensaje, estructuración de la respuesta, eliminación de interferencias, etc.) el diálogo queda transformado en un monólogo absurdo, en el que cada parte habla consigo misma sin lograr tocar el yo interno de su interlocutor. Problema muy común, desgraciadamente, en nuestro mundo actual.
Contamos cada vez con menos tiempo para escuchar a quien se acerca a nosotros ya que la prisa con la que nos movemos no nos permite echar raíces entre aquellos que por efectos del trabajo, por decisión propia o por azares del destino, tocan diariamente nuestras vidas. He aquí que muchas veces sin pensarlo terminamos repitiendo, sin darles sentido, las palabras que llegan a nuestros oídos pero que no alcanzan nuestro corazón. Nos convertimos en el eco de la montaña que de manera insensible reproduce sonidos que reverberan entre sus laderas.
El ser humano tiene la posibilidad de transformar esa
ecolalia en una interconexión de sentimientos y pensamientos cuando escucha con mente y corazón abiertos, cuando el mensaje de aquel o aquella que está frente a sí le llega a lo profundo y permite que desde ahí surja la respuesta comprometida. Este momento de reverberación psicológica posibilita que quien escucha refleje la significación personal del que habla, estableciendo con él una sensibilidad hacia sus necesidades, sentimientos y circunstancias, de manera tal que el emisor encuentre lo que buscan sus palabras.

Es muy bello el eco, sí, es juguetón y al magnificar los sonidos nos deja la impresión de que no estamos solos; pero en la vida el ser humano necesita en su caminar algo mucho más complejo que estos remedos de comunicación. No requiere que repitan sus palabras sino que quienes las escuchan les den vida.
"El mundo del silencio, no es el mundo sin sonido
sino el mundo del sonido sin sentido".
S.G.S.

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