marzo 30, 2005

Tiempo Libre
Tras semanas de trabajo, todos necesitamos unos dias de descanso que nos permitan reponer las fuerzas que van perdiéndose tras el desgaste cotidiano. El permanecer en forma rutinaria realizando las mismas actividades día con día, puede conllevar a estados emocionales no deseables que influyen no solo en la esfera afectiva, sino en el estado de salud integral, en donde la fatiga, la depresión, el estres no controlado, se convierten en señales de alarma que no deben pasarse por alto. Una alimentación balanceada, 20 minutos diarios de ejercicio y descanso (tanto en horas de sueño, como del manejo adecuado del tiempo libre) se convierten en los pilares de una vida saludable.
Es por ello que, llegado el momento de disfrutar de algunos días libres, con la llegada de la Semana Mayor, lo primero que pasó, tal vez, por nuestras mentes, fué correr lejos de las calles que circundan nuestra ajetreada vida. Y las opciones que saltaron a la vista, parece que fueron las mismas que nuestros vecinos eligieron tambien: la playa cercana, la ciudad fronteriza del vecino pais, la tradicional celebración que las etnias locales realizan año con año, etc.
Sin embargo hay quienes decidieron permanecer en su ciudad natal y dedicar el tiempo a convivir en familia participando en las manifestaciones del fervor religioso propio de estos dias y en sencillos paseos a lugares de siempre conocidos.
Para quienes optaron por quedarse, la posibilidad de descubrir detalles y misterios citadinos que hasta entonces habían permanecido desconocidos para los propios ojos, cambió la perspectiva de lo que la zona ofrece; la vivencia se convirtió en elemento fundamental para la metamorfosis de la imagen que nutre la historia personal, del amor al terruño, a la matria.
Transformar actitudes y visiones no es tarea fácil, está demasiado arraigada la percepción, a veces malinchista, con la cual se navega por los mares del tedio.

En el Vallecillo Posted by Hello
Tal vez esto resulte una tarea de una mayor meticulosidad entre más pequeños son los poblados, más no por ello quita la posibilidad de realizar encuentros significativos con la gran variedad de sorpresas escondidas que cada rincón posee.
Reflexionando en las palabras de la hermana menor de mi padre,( la cual es una experta conocedora de muchos puntos de interés, no solo en el país ) quien se ha dado a la tarea de promover la experiencia de vivir a profundidad la riqueza cultural que desborda de todos esos lugares de nuestro México, vislumbro la posibilidad de lograr, como punto fundamental, un mayor acercamiento entre terruño y pobladores, el cual pueda constituirse en sólido puntal para el fortalecimiento de valores en una humanidad que cada vez se aleja más y más de lo que los ancestros legaron como herencia intangible pero vital.

1 comentario:

  1. Yo libro una guerra abierta contra la depresión...la simple rutina que mencionas es excelente.

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